CRECIMIENTO ESPIRITUAL DE UN HIJO
Manuel Tenjo
Manuel Tenjo
Vamos a realizar una
lectura de Jn 9, porque en este capítulo encontramos a un hijo de familia que
vive su propio proceso de crecimiento espiritual.
Realizaremos una
lectura de tipo paráfrasis para mirar segmento por segmento y descubrir el mensaje
para nuestras familias.
INTRODUCCIÓN
- · El ciego de nacimiento tiene una familia y lo primero que aparece es la búsqueda de la causa de su ceguera: 2Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» Porque de fondo se encuentra la doctrina de la retribución y la mentalidad judía de creer que Dios castiga el pecado de los padres en los hijos.
- · Afortunadamente Jesús cambia todo el concepto y abre a una nueva perspectiva cuando dice: 3«Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios. 4Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. 5Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.»
- · Después Jesús realiza una señal del comienzo de la nueva creación, del comienzo del nuevo hombre. El primer hombre creado del barro, el nuevo hombre es reparado o mejor dicho, re-creado con el barro realizado por Jesús: 6Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego 7y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo.
PROCESO DE CRECIMIENTO DE LA FE DE UN HIJO CIEGO
1ª ETAPA: JESÚS “ES UN HOMBRE”
- · La opinión que tiene este personaje que era ciego, empieza por señalar: 11«Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: "Vete a Siloé y lávate." Yo fui, me lavé y vi.»
- · El primer acercamiento a la experiencia con Jesucristo es reconocer que fue un hombre, un revolucionario de su época, es sólo un personaje más. No existe una experiencia personal que transforme la vida del hombre era ciego, sino solamente de un sanador, de un buen hombre que hizo algo bueno por el ciego de nacimiento.
- · Un proceso de fe comienza de manera sencilla con el acercamiento a la experiencia histórica de Jesús y su tiempo. Es inicial e importante. Debe acompañarse al nuevo discípulo que persevere en el descubriendo del Señor Jesucristo.
2ª ETAPA: JESÚS “ES UN PROFETA”
- · Los fariseos juzgan al que era ciego, lo presionan para que responda en contra de Jesús, 17Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» El respondió: «Que es un profeta.»
- · En la antigüedad algunos profetas realizaban sanaciones como Elías o Eliseo. De manera que el hombre que había estado ciego realiza un segundo paso en su proceso de crecimiento: es un profeta. Un profeta es una persona que habla de parte de Dios y realiza acciones de parte de Dios. Así que Jesús se ubica en la línea profética y, especialmente en la relación con Dios.
- · La experiencia con Jesucristo empieza a crecer y da pasos pequeños de conversión.
3ª ETAPA: JESÚS ES UN MAESTRO
- · En el conflicto con los fariseos, se cita a los padres de quien había sido ciego, para preguntarles: 19«¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?»
- · Los padres responden a esas tres preguntas de la siguiente manera: 20«Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego. 21Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo.» La última respuesta muestra que a los padres les falta compromiso en el proceso de crecimiento en la fe de su hijo. Se sorprenden, pero no asumen otros compromisos porque tienen miedo a los judíos.
- · Así que los fariseos insisten en el interrogatorio al que ya no tiene ceguera y además ya no tiene miedo. Responde con seguridad a los fariseos y habla sin miedo. 25Les respondió: «Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo.» 26Le dijeron entonces: «¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» 27El replicó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?»
- · La pregunta final muestra una afirmación muy grande Jesús es un Maestro. De manera que ahora avanza en su crecimiento, señalando que Jesús es un Maestro que hace discípulos a los que les enseña la nueva ley que da luz a los ciegos.
- · Es necesario seguir caminando con Jesús para reconocerlo como Maestro y estar dispuesto a aprender del Señor de la Vida.
4ª ETAPA: JESÚS ES ENVIADO DE DIOS
- · Ese hijo de familia se ha quedado sin el respaldo de los padres y con la presión de los fariseos de la sinagoga, pero su seguridad ha ido creciendo. Cada pregunta le da fortaleza para tomar fuerzas y defender lo que está descubriendo de Jesús, así que: 30El hombre les respondió: «Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. 31Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha. 32Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. 33Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada.»
- · El cuarto reconocimiento es que Jesús es el Enviado de Dios. La comprensión de quién es Jesús está creciendo, la fe tiene una nueva luz, la revelación aumenta en aquel que era ciego y que ahora está enseñando a los que dicen ver. Comprender a Jesús como ENVIADO DE DIOS conduce a la certeza de la revelación, de reconocer que ese hombre que lo sano tiene una relación directa con Dios que se ha hecho hombre y que muestra la cercanía de la divinidad.
- · El crecimiento en la fe de un hijo de familia conduce a que él mismo descubre paulatinamente la fuerza de Dios en su vida. El crecimiento no es por presión familiar sino por experiencia y convicción del personaje del relato.
5ª ETAPA: JESÚS ES EL “HIJO DEL HOMBRE” Y EL “SEÑOR”
- · Se presenta al final un dialogo entre Jesús y el hombre que antes había sido ciego: 35Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?» 36El respondió: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» 37Jesús le dijo: «Le has visto; el que está hablando contigo, ése es.» 38El entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él. 39Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.»
- · El encuentro personal con Jesucristo conduce a una confesión de fe, ya no es ciego, ahora habla por convicciones: «Creo, Señor.»
- · La fuerza del encuentro con el Señor realiza transformaciones existenciales de superan el dinamismo interior del creyente.
- · Este hijo de familia realizó su camino de crecimiento procesual y llega a confesar a Jesús como el Rey y Señor. Es su Señor, es su Rey. Es personal y transformador.
CONCLUSIONES
- · Conocer el proceso de crecimiento en la experiencia de Jesucristo nos ayuda a no presionar a nuestros hijos sino a contribuir respetuosamente en su encuentro con el Señor.
- Cuando un hijo tiene su encuentro con el amor transformador del Señor, comienza un crecimiento hasta dar testimonio de Dios en todas partes.